sábado, 24 de septiembre de 2011
Sueño sin raíces
Eres como esa flor, a la que desde el primer momento que la vi, deseaba, pero aún no estaba madura, no era una flor aún. Llego ese gran día, en el que floreció. Era hermosa, olía a gloria, ya era su hora.
Te quería desde el primer momento en el que te conocí, no estábamos preparados para el gran paso. Hoy me siento orgullosa, ya soy tuya, y tú, mio, la felicidad abunda en mi, solo con pensar que puedo contemplarte cada segundo de la vida y saber que podrá seguir así, para el resto de la vida, mi amor por tí supera a todas las estrellas de la galaxia... te prometo, que nunca me cansaré de ti, nunca me cansaré de amarte.
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